Esta semana nuestra aventura comienza en la población de "Sueras". Aparcamos el coche en el "Paseig de Castro", donde hay un pequeño parking. Después de los calentamientos habituales, comenzamos subiendo por el paseo y en pocos metros vemos las primeras señalizaciones.
Seguimos por este camino asfaltado unos pocos metros hasta llegar a un cruce, donde encontramos un panel informativo con las distintas rutas que se pueden hacer desde aquí.
Giramos hacia la derecha y comenzamos a bajar hasta cruzar el "Barranco de Castro". Llegamos hasta un cruce. Ambas sendas nos llevan hasta el castillo, pero nosotros decidimos ir por la senda de la derecha y volver por la otra. Así que comenzamos a subir. Hay que tomárselo con calma, que la subida es larga y en algún punto de fuerte pendiente.
Llegamos hasta unos corrales en ruinas donde podemos hacer una pequeña parada para coger aliento y de paso, asomarnos a un pequeño mirador y disfrutar de las vistas.
Seguimos subiendo hasta llegar a un cruce. Seguimos recto y después de una pequeña rampa, llegamos hasta otro cruce. Aquí volveremos más tarde, ahora giramos hacia la izquierda y en pocos metros llegamos hasta el "Castillo de Mauz".Que vistas, que maravilla., y encima tenemos la gran suerte de encontrarnos con unos animalitos muy graciosos...
Este Castillo es de origen árabe y fue construido en el siglo XII. El estado de algunos de sus elementos es ruinoso progresivo, aunque otras partes conservan tanto la forma como el estilo arquitectónico original. Así, se puede admirar el Albacar o recinto amurallado, la alcazaba o ciudadela principal, su emblemática torre poligonal, varios aljibes y gran parte de su muralla con las almenas aún erguidas. Su elevada ubicación en el cerro de Suera Alta (582m), le confería ser un puesto de vigilancia importantísimo en la Sierra de Espadan, siendo igualmente un punto estratégico en la red de comercio y conexión de tropas militares con el resto de castellanías circundantes. En varios escritos se reseña cómo el Castillo de Mauz era el faro vigilante que advertía de posibles ataques a las fortificaciones vecinas mediante señales de humo diurnas o enormes fogatas nocturnas, visibles desde kilómetros de distancia. Desde la altura donde está enclavado el castillo, se puede disfrutar de una visión espectacular de todo el valle de Espadan, así como del Mar Mediterráneo, todo ello abrazado por el sosiego de la naturaleza y los sonidos de la fauna local, un ambiente relajante que nos cautiva a cada paso que damos. Pasear entre los muros de la fortificación nos traslada a esa época medieval, evocando los sonidos imaginarios de los vigilantes que allí montaban guardia o transmitiéndonos la sensación de que tras cada recodo de un muro veremos parte de la historia que allí aconteció. El hábitat que engloba a la ciudadela es tan inmersivo, que realmente nos hace respirar y vivir la historia de forma mucho más real que si la viviéramos en un museo. Su planta es de tipo irregular, esto es, no se define en su construcción la distribución predefinida que solían tener las castellanías en sus zonas, rompiendo con esos moldes para hacer valer su propio estilo. Todos sus muros y paredes están construidos con mampostería y tapial, es decir, grandes bloques de piedra hábilmente cortados y pegados con una amalgama de tierra amasada que actuaba como cemento fijador, Las imperfecciones de la piedra hacen que las paredes nunca sean totalmente lisas, un elemento ornamental que incluso hoy en día mucha gente alberga en sus viviendas por la belleza de lo rústico. Es un castillo asociado a cuatro alquerías musulmanas a las cuales daba protección y que, tras la conquista, fueron agrupadas en un único núcleo urbano, la actual Sueras. El castillo perteneció al alcadiazgo de Eslida, que tras la conquista pasó al Señorío de Jérica.
Después de disfrutar un buen rato, desandamos lo andado hasta llegar al cruce. Giramos hacia la izquierda y comenzamos a bajar. Llegamos hasta un cruce y seguimos recto. Comienza un bonito paseo por sendas típicas de la "Sierra de Espadan". Llegamos hasta otro cruce, aquí volveremos más tarde, ahora giramos hacia la derecha en dirección "Corral de Toni". Nos sumergimos de lleno en el bosque y atentos al G.P.S nos saldremos de la senda principal hacia la izquierda por otra senda señalizada con un pequeño hito. En fuerte subida llegamos hasta un pequeño collado, giramos hacia la izquierda y en pocos metros llegamos hasta la "Cueva Mahoma". Es una cueva muy pequeña, pero con mucha magia...
Desandamos lo andado, aunque la bajada de la cueva la hacemos con cuidado, ya que la senda es bastante resbaladiza y empinada. Llegamos hasta el cruce y giramos hacia la derecha. Comenzamos a bajar suavemente hasta llegar a la "Font de Castro". Un fantástico lugar para almorzar.
Después de un buen café, volvemos por donde hemos venido y antes de llegar a los "Corrales de Castro", giramos hacia la derecha por el camino viejo de "Sueras". Que bonito paseo, maravilloso. En mitad del trayecto nos encontramos con un pequeño "Monolito", el cual desconocemos su autoría, hecho con restos de cables, pelotas etc...
Pasamos por varios cruces que nos indican hacia distintas fuentes, que visitaremos en otra ocasión. Después de un buen tramo llegamos hasta un cruce bien señalizado, que nos indica la dirección hacia "Suera Alta". Giramos hacia la izquierda y en breve subida llegamos a "Suera Alta".
Es un enclave condecorado como Espacio de Protección Arqueológica donde se puede admirar las ruinas de viviendas de la época, arcos que aún se mantienen alzados y calles asfaltadas con los adoquines originales, todo ello sin apartarnos del entorno histórico árabe.
Volvemos hasta la senda principal y giramos hacia la izquierda. Esta senda sin tregua nos lleva hasta el cruce que vimos por la mañana, ahora seguimos recto, cruzamos el barranco hasta llegar al camino de asfalto, giramos hacia la izquierda y fácil hasta el coche, dando fin a una estupenda aventura por los alrededores de "Sueras".
